Los celulares . . .
nos dejan. . .
sin gorriones.
Fuente :Magmedia.
por Laboratorios Phoenix .
Sabemos desde siempre que la mano del hombre tuvo mucho que ver en la desaparición de distintas especies de la faz de la tierra.
Por esa razón un grupo de científicos interesado en la merma de gorriones se dedicó a estudiar los aspectos ambientales y tecnológicos que pudieron haber ocasionado el fenómeno.
Al detectar que en las ciudades europeas los gorriones iban desapareciendo de las arboledas urbanas, comenzaron a investigar el tema.
Fue así como biólogos españoles y belgas realizaron investigaciones
–independientes las unas de las otras-
y llegaron a la misma conclusión:
las radiaciones electromagnéticas de las antenas de teléfonos celulares son la causa principal de la desaparición de los gorriones.
En uno de estos trabajos, elaborado por los especialistas Alfonso Balmori y Örjan Hallberg, los cuales analizaron el ciclo de vida de los gorriones en la ciudad española de Valladolid, se concluyó que:
En uno de estos trabajos, elaborado por los especialistas Alfonso Balmori y Örjan Hallberg, los cuales analizaron el ciclo de vida de los gorriones en la ciudad española de Valladolid, se concluyó que:
“la desaparición de los gorriones y la introducción de las torres de antenas GSM están correlacionadas”.La investigación paralela, que se realizó esta vez en Bélgica, llegó a idénticas conclusiones, pues los “datos muestran que se vieron menos gorriones machos en lugares con relativamente alta intensidad de campo eléctrico de los valores de las estaciones base GSM”.
Ambos equipos de expertos sospechan que la exposición a largo plazo a niveles superiores de la radiación afecta negativamente a la abundancia o al comportamiento de gorriones en la naturaleza, pues incide en su capacidad de reproducción y afecta especialmente a los machos de la especie.Lo curioso del tema es que en más de una ocasión estudios médicos han alertado que el mismo problema pudiera estar afectando a los masculinos de otra especie animal: el hombre.
Las evidencias indican que las radiaciones que liberan los móviles, los cuales muchas personas se colocan en el cinturón, en la cadera, cerca de los genitales en los varones, influyen en la movilidad y ciclo de vida de los espermatozoides, haciéndolos “más lentos” e incapaces de fecundar los óvulos femeninos.
Así, gorriones y humanos podrían estar emparentados extrañamente por un fenómeno todavía poco estudiado y que tiene además otras claves influyentes que se desconoce bien, cómo actúan.
Entre estas claves están los factores ambientales, los
Ambos equipos de expertos sospechan que la exposición a largo plazo a niveles superiores de la radiación afecta negativamente a la abundancia o al comportamiento de gorriones en la naturaleza, pues incide en su capacidad de reproducción y afecta especialmente a los machos de la especie.Lo curioso del tema es que en más de una ocasión estudios médicos han alertado que el mismo problema pudiera estar afectando a los masculinos de otra especie animal: el hombre.
Las evidencias indican que las radiaciones que liberan los móviles, los cuales muchas personas se colocan en el cinturón, en la cadera, cerca de los genitales en los varones, influyen en la movilidad y ciclo de vida de los espermatozoides, haciéndolos “más lentos” e incapaces de fecundar los óvulos femeninos.
Así, gorriones y humanos podrían estar emparentados extrañamente por un fenómeno todavía poco estudiado y que tiene además otras claves influyentes que se desconoce bien, cómo actúan.
Entre estas claves están los factores ambientales, los
cambios en las dietas y contaminación de las grandes
ciudades, o la competencia con otras especies.
Los pájaros también tienen un fuerte rival en las grandes
ciudades: las palomas, cuyas poblaciones están creciendo desmesuradamente.
El hombre, en cambio, se está convirtiendo en su propio
depredador, escudándose en la imperiosa necesidad de llevar adelante el avance tecnológico.
Al fin estamos logrando, lo que no queríamos encontrar, nuestra
propia destrucción.
Sin dudas el creer que somos a imagen y semejanza de Dios, nos
pone en el camino de la autodestrucción. Es evidente que no respetamos a la naturaleza, que tenemos especial gozo en destruir lo creado, ignorando la genial obra del Celestial Ingeniero Universal, pretendiendo cambiar sus sabias leyes.
Es claro que en el breve tiempo de nuestra vida no podemos apreciar ni lo bueno ni lo malo, pero nos atrae lo malo, lo perverso, y la frutilla de la torta será nuestro propio fin, si no efectuamos el gran cambio, que aún esta a tiempo, pero no queda demasiado.
El Director.
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