martes, 26 de julio de 2011



Adaptación al cambio climático.

(21/07/2011)


Existe un debate internacional en curso sobre cómo definir la adaptación al cambio climático, cómo debemos adaptarnos y qué tipo de actividades contribuyen a lograr una “adaptación” a largo plazo.

La búsqueda de una definición clara de lo que significa exactamente la adaptación, está originada en parte por la necesidad de diferenciar la línea de base de los flujos financieros del desarrollo en relación con las nuevas y adicionales inversiones, y con los flujos financieros que serán necesarios para la adaptación.

En realidad, no existe una perspectiva única, en la medida en que el concepto de adaptación es a menudo muy complejo de abordar. Sin embargo, a partir del aprendizaje generado por una variedad rica y plena de enfoques, se puede decir en general que para que la adaptación sea efectiva (es decir, reducir la vulnerabilidad ante la variabilidad y el cambio climático), tiene que definirse en el contexto del desarrollo sostenible.

En consecuencia, y para complementar este primer boceto, la adaptación se podría definir como un proceso a largo plazo, integrado y continuo, encaminado a reducir la vulnerabilidad actual y futura al cambio climático, directamente vinculado con las actuales metas de reducción de la pobreza (por ejemplo, los Objetivos de Desarrollo del Milenio) y las estrategias de crecimiento con bajas emisiones de carbono.

La definición anterior puede sugerir que el proceso de adaptación se enriquece a través de dos “vías” complementarias y paralelas. Cada vía está construida en función de un grupo específico de programas: la primera vía —integrada por el “grupo de programas de adaptación”— corresponde a aquellos programas que han sido generados para responder a los impactos específicos del cambio climático. La segunda vía —constituida por el “grupo de programas de desarrollo resistentes al clima”—, corresponde a los programas generados para satisfacer las necesidades inmediatas de desarrollo, incluyendo en su diseño a la resistencia climática.

Ambas vías deben estar articuladas en función de la reducción de la vulnerabilidad actual y futura, asegurando al mismo tiempo la capacidad de contribuir al desarrollo económico y social de las sociedades. Ambas vías tienen la capacidad de generar información valiosa acerca de los costos y beneficios reales de las medidas de adaptación, y pueden ser utilizadas para apoyar la ampliación de las inversiones.

Avanzando un poco más en detalle, en el primer grupo podríamos incluir, por ejemplo, los proyectos desarrollados para enfrentar la pérdida de almacenamiento de agua, la capacidad de regulación de los glaciares tropicales, o las inversiones necesarias para hacer frente al incremento del nivel del mar o para mitigar los crecientes riesgos climáticos, producto de una alta variabilidad de los peligros hidrometeorológicos y una brecha de desarrollo que exacerba los actuales niveles de vulnerabilidad climática. En términos muy generales, los proyectos de adaptación han sido diseñados en el pasado utilizando programas “pilotos” hechos a la medida, como prueba conceptual de ciertas medidas de adaptación, afectando la replicabilidad y escalabilidad lo cual es altamente dependiente del éxito demostrado por los pilotos.

Según el Informe Stern, los costos de adaptación son exponenciales con respecto al tiempo, lo que sugeriría que una acción temprana de inversión en la adaptación, podría ahorrar recursos en el futuro. En este sentido, la segunda vía, que consiste en “proyectos de desarrollo resistentes al clima”, mezcla, dentro de sus componentes, las actividades específicas que pueden contribuir significativamente a aumentar la capacidad de adaptación y reducir la vulnerabilidad a la variabilidad y al cambio climático. Entre los ejemplos que se pueden mencionar figuran los siguientes: la infraestructura, que incluye en su diseño parámetros que dan cuenta de los cambios en las tendencias climáticas específicas, o los programas de inversión agrícola que promueven la diversificación económica y / o el factor de la tecnología específica para aumentar la productividad, sin comprometer los recursos naturales para el mundo del mañana, y promoviendo al mismo tiempo la diversificación.

Fuente: Alfred Grunwaldt en BID.

Manual de Educación Ambiental.‏




LOS EMPRESARIOS Y TEXTOS ESCOLARES
Francisco Olivera
La Nación

Estaban más cohibidos que otras veces. 
No por timidez, sino porque la convocatoria era más amplia que nunca y no permitía un almuerzo en confianza. 
Aun así, la decena de dirigentes empresariales se las ingenió, en La Rural, para mostrar algunas coincidencias: la inquietud por el reclamo sindical de elevar el salario mínimo, la energía, las elecciones. 
Y un tema nuevo en la mesa, que involucró a los principales actores: preocupación por manuales escolares que, dicen, no tratan al sector empresarial del modo en que ellos quisieran.
Estaban los más representativos. 

El anfitrión, Hugo Biolcati, y Jorge Brito (Asociación de Bancos Privados), José Ignacio de Mendiguren (Unión Industrial Argentina), Carlos Wagner (Cámara de la Construcción), Carlos de la Vega (Cámara de Comercio), Jaime Campos (Asociación Empresaria Argentina), Adelmo Gabbi (Bolsa), Claudio Cesario (Asociación de Bancos de la Argentina), Claudio Rodríguez (IDEA), y Pablo Taussig y Luis Bameule (Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa).

Los textos escolares en cuestión, que en realidad perturban desde hace tiempo, corresponden tanto a la Nación como a la provincia de Buenos Aires. Ya se había hablado de ellos, por ejemplo, en reuniones de AEA. "Hay manuales que son un desastre", reforzó allí un miembro que no estuvo en el almuerzo. Otro aludió a la animación sobre deuda que emite el canal Encuentro: "A todo, agréguele lo de los marcianitos".

Esas viejas objeciones volvieron ayer de modo explícito, mientras el tema de conversación era en realidad más amplio: la imagen de los empresarios en la sociedad. Vigilaba de reojo, en la mesa contigua, una crítica pública del sector: Elisa Carrió, que estaba con Mario Llambías (CRA) y Carlos Garetto (Coninagro) y que, del grupo principal, sólo saludó a Biolcati.

"Estamos preocupados por la educación", dijo Campos, ya de pie, ante los periodistas. "Vamos a hablarlo con quien haya que hablarlo; el Gobierno no tiene la culpa", agregó Wagner. En la mesa, Mendiguren había abordado el tema desde otra óptica. "Centrar el tema en la educación es importante, pero de largo plazo. Necesitamos mejorar la imagen de manera urgente porque los políticos se guían por las encuestas, y en eso andamos mal. Entonces, ni el más ortodoxo se anima a poner el cuerpo por ninguna empresa, ni en causas justas", explicó después.Textos incómodos

Las publicaciones que los enojan son varias. Por ejemplo, tres manuales de educación ambiental para docentes, editados por el Ministerio de Educación y la Secretaría de Ambiente, que el Gobierno distribuye a los colegios para los niveles inicial, primario y secundario. Se consigna allí, por caso, un apartado sobre "La transformación rural", a la que se le cuestionan efectos de desertificación. Según el texto, "los factores que favorecieron la instalación de este modelo agropecuario están relacionados con la concentración productiva y gerencial de las exportaciones agropecuarias (pools de siembra), favorecida por un marco legal propicio, y la oferta de nuevas tecnologías (semillas transgénicas, maquinaria, fertilizantes, pesticidas) para intensificar la producción en gran escala, en gran medida patentadas por empresas multinacionales". El texto consigna consecuencias sociales como "la falta de compromiso del productor (pool de siembra) con la planificación del uso de tierra y su conservación".

LA NACION no pudo ayer obtener una respuesta oficial en el Ministerio de Educación. Desde el área se limitaron a afirmar que la intención era siempre plantear temas para que los profesores los discutieran. "Nunca bajar línea", aclararon.

Otro de los desvelos del almuerzo literario de la Rural fue Saber es clave: política y ciudadanía, manual para 5° año de la provincia de Buenos Aires (Ed. Santillana). Se dijo allí, por ejemplo, que el modelo empresarial exaltado en los contenidos era el de las fábricas recuperadas, no el de la propiedad privada.

En un trabajo práctico publicado en un blog de alumnos de 5° año de la Escuela Media 2 de Coronel Vidal, los estudiantes citan un párrafo de ese manual que cuestiona los retiros voluntarios, a los que define como "un método de reducción de personal, especialmente utilizado por las empresas del Estado durante los procesos de privatización de la década del 90". El texto enumera irregularidades por las cuales muchos trabajadores han renunciado, pese a querer seguir. "Se ha llegado a enviar a empleados a una oficina vacía donde debían permanecer durante todo su horario sentados, sin hacer nada", ejemplifica, ubicando la práctica en la década del 90.

En el Ministerio de Educación bonaerense confirmaron que esos contenidos no dependían de la Casa Rosada. "Las materias responden al diseño curricular de la provincia", dijeron.

TEXTOS CUESTIONADOS

"Entre las consecuencias sociales [del modelo agropecuario] se incluye la falta de compromiso del productor (pool de siembra) con la planificación del uso de la tierra y su conservación"
Manual de Educación Ambiental

"El retiro voluntario es un método de reducción de personal especialmente utilizado por las empresas del Estado en los procesos de privatización de los 90. [...] Se ha llegado a enviar a empleados a una oficina vacía, donde debían permanecer durante todo su horario sentados, sin hacer nada"
Manual de Política y Ciudadanía.