viernes, 13 de enero de 2012

Autor: H. Sergio Mora | Fuente: Zenit.

Medioambiente.

El protocolo de Kioto, no basta.

“No habrá un futuro bueno para la humanidad sobre la tierra, si no educamos a todos a un estilo de vida más responsable hacia la creación,” y si en tal ámbito se olvida el reconocimiento del valor de la persona humana y de su inviolabilidad, en cada fase" dijo el Cardenal Madariaga.
La 17 Conferencia de las Naciones Unidas que inició el 28 de noviembre en la ciudad sudafricana de Durban, concluirá este viernes 9 y deberá decidir sobre el futuro del protocolo de Kioto, o sea, cómo reducir las emisiones de gases invernadero hasta el 2020.

Los representantes de 190 paises, reunidos en la mesa de las negociaciones de la Convención marco de las Naciones Unidas sobre los cambios climáticos, en concreto deberán decidir si potenciar el Protocolo de Kyoto, cuyas medidas antigas con efecto invernadero vencerán en el 2012, y cómo extenderlas hasta el 2020, para así reducir el calentamiento global.
El Vaticano está representado en la cumbre de Durban por el nuncio apostólico en Kenia, y el cardenal Rodríguez Maradiaga participó en cuanto presidente de la Caritas Internacional.
 El cardenal indicó que de parte de la Caritas, “nuestra posición es la de justicia con el ambiente”. Consideró que “no se trata solamente de un fenómeno de calentamiento global, sino de un uso equivocado de la creación” porque “nos falta todavía esa perspectiva de administradores de la creación y porque no somos los dueños”.
La cumbre, por lo tanto, no es “solamente una circunstancia política” aunque lamentablemente los vértices muchas veces “tienden a reducir el problema a eso”. En cambio “se trata de algo de la humanidad, algo que es un bien común”.
 Para el presidente de la Caritas Internacional, entretanto algo está cambiando por lo que se refiere a la opinión pública sobre la necesidad de defender la creación. Sobre esto “yo creo que hay cada vez más esta conciencia”, dijo.
El número uno de la Caritas recordó haber participado al inicio de la cumbre de Durban en una conferencia de un premio Nobel, en la cual se exponían las evidencias científicas sobre el cambio climático. Maradiaga se mostró convencido de la veracidad del problema y consideró que “no se trata de manipulación p or parte de los medios de comunicación”.
 “Esta semana será decisiva y esperamos que las grandes potencias puedan dar un paso adelante” manifestó, aunque “no basta simplemente decir ´vamos a prolongar el Protocolo de Kyoto´, es necesario dar pasos hacia adelante. Claro, sería una tragedia que en Sudáfrica muriera el protocolo de Kioto. Si bien el compromiso de 

Kioto es pequeñísimo en comparación a lo que hace falta, por ello es importante que la opinión pública pueda darse cuenta que es necesario construir un futuro mejor a la humanidad”.
 El cardenal latinoamericano recordó en este sentido: “Con la Caritas hemos emprendido un trabajo para educación especialmente para los niños y los jóvenes”. Citó por ejemplo el encuentro de la semana pasada de Benedicto XVI con siete mil jóvenes y su discurso “ fuerte y bueno para levantar el problema”.
De hecho el papa, en la sala Pablo VI, se dirigió a los jóvenes participantes en un proyecto de la fundación Sorella Natura ( Hermana Naturaleza ) en ocasión de la “Jornada para cuidar la creación” que se celebró el 29 de noviembre.
 E indicó “No habrá un futuro bueno para la humanidad sobre la tierra si no educamos a todos a un estilo de vida más responsable hacia la creación” y si en tal ámbito se olvida “el reconocimiento del valor de la persona humana y de su inviolabilidad, en cada fase de la vida y en cada condición de la misma”
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Doctor Juan Carlo Amatucci.

Medioambiente.

Buenos Aires ...

           Ciudad Tropical.
Sólo en el último siglo subieron 2,7° las temperaturas mínimas promedio en el área metropolitana, y hay más humedad y sudestadas .
El intenso calor, la constante humedad, las lluvias pasajeras hacen de Buenos Aires una ciudad con características cada vez más tropicales. Especialista pide que se adapte a la ciudad a las altas temperaturas.
Así lo asegura Osvaldo Canziani, físico y doctor en meteorología argentino, que formó parte del Panel Intergubernamental de Cambio Climático que ganó el Premio Nobel de la Paz en 2007. 

"Buenos Aires se está convirtiendo en una ciudad tropical”, afirma, en base a las evidencias científicas que demuestran que hubo cambios en las temperaturas, las lluvias y los vientos que afectan a la ciudad y sus alrededores, y en el nivel del Río de La Plata, que está determinado por el nivel del mar. 
“La ola de calor que estamos viviendo es parte de este gran cambio”, enfatizó.
Para Canziani, que actualmente es el presidente ad honorem del consejo asesor de la Agencia Ambiental, que depende del Ministerio de Ambiente y Espacio Público porteño, “este calor nos debe llevar a pensar y reflexionar a toda la población que hay que hacer cambios porque el futuro puede ser peor ”.
“El cambio climático está produciéndose en todo el planeta, y en la ciudad de Buenos Aires ya se están observando cambios. 
Por lo cual, hay que prepararse y tomar medidas ahora, que necesitarán de la colaboración de toda la población para que se puedan llevar a cabo”. 
Agregó que una frase de David King, un científico que sirvió como asesor al gobierno de Gran Bretaña, sirve para explicar la importancia del problema: “El cambio climático es el problema más severo que nosotros enfrentamos hoy, más serio aún que la amenaza del terrorismo”.
El especialista argentino sostiene que los fenómenos como las olas de calor más frecuentes están asociados al aumento de las temperaturas mínimas, medias y máximas en el territorio porteño. “En invierno, la gente no registra de manera negativa esos aumentos, pero en verano sí porque sufre efectos sobre su propia salud, como el golpe de calor”.
Durante los últimos 100 años, la temperatura media de la ciudad subió 1,8 grados. Y el cambio que más llama la atención es el de 2,7 grados en las temperaturas mínimas, también durante los último siglo.
Para el futuro, y en base a datos aportados por la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires (UBA), se espera un aumento de la temperatura media anual del orden de los 0,5° para la década 2020-2029. También hubo y habrá cambios en lluvias, vientos, y nivel del mar.
“En el futuro, el riesgo de mayores inundaciones será mayor. 
Porque se sabe que el nivel del mar crecerá. Entonces, el área costera que está por debajo de la cota de 5 metros sobre el nivel del mar podría verse inundada, como así también algunas zonas cercanas a arroyos y ríos”, afirmó el doctor en meteorología.
Esos cambios traerían aparejados inundaciones y contribuirían al avance de enfermedades, como dengue, fiebre amarilla y leptospirosis. 
“Las zonas de las ciudad, como las villas de emergencias, en las que se acumulan residuos con agua, son áreas más vulnerables que pueden favorecer las enfermedades de áreas tropicales”.
 De hecho, la ciudad de Buenos Aires ya tuvo casos autóctonos de dengue durante la epidemia nacional de 2009.
A todos los cambios observados, Canziani le suma la contaminación de la atmósfera de la ciudad por las emisiones de automóviles e industrias . 
“En la ciudad hay leyes para controlar las emisiones pero no se cumplen. 
Ahora, la ciudad tendrá 25 estaciones meteorológicas, que además de medir la temperatura, también monitorearán las emisiones de dióxido de carbono. 
Si las medimos, vamos a poder poner en vigencia a las leyes”.
El experto aclaró que espera que la “tropicalización” de Buenos Aires (que antes tenía un clima templado) se enfrente en serio. “Hay que mitigar las emisiones de gases contaminantes, y hay que adaptar a la ciudad a las altas temperaturas. 
Esto implicará un cambio de actitud de todos. 
Por eso, es importante la divulgación de las medidas para que la gente cambie sus hábitos de vida en el contexto de un clima diferente”.