domingo, 27 de mayo de 2012

El Metano . . . y el cambio climático.



 Medioambiente.



El metano en el Ártico, acelerará el cambio climático.



Fuentes : Dyct – Econoticias.com 
                       innovaticias.com 


Doctor: J.C. Amatucci.

Entre estos gases, el metano ocupa el segundo lugar en importancia después del bióxido de carbono. Dos terceras partes del metano son producidas por actividades del hombre, como la ganadería y una tercera parte proviene de humedales y pantanos. 



En el hallazgo participó el profesor de Ingeniería Química de la Universidad Nacional de Colombia (UN), Rodrigo Jiménez Pizarro, quien trabajó junto con un grupo de expertos mundiales en un monitoreo aéreo hecho sobre el Ártico.
El profesor Jiménez manifiesta que el proceso observado podría ser una fuente significativa de metano aún no contabilizada.
Dice, además, que el metano es un potente gas de efecto invernadero cuyo incremento está afectando el clima mundial y explica que este, en términos de calentamiento global es 21 veces más poderoso que el bióxido de carbono, aunque solo permanece una décima parte del tiempo que este último en la atmósfera.
El profesor hizo parte del grupo de científicos que desarrolló la campaña “Hippo” (Hiaper Pole to Pole Observations), el cual realizó mediciones atmosféricas de polo a polo, a bordo del avión científico “Hiaper”, del National Center for Atmospheric Research (NCAR), organismo estatal de Estados Unidos.
Para adentrarse en su análisis y en los resultados del hallazgo, el profesor Jiménez indica que el cambio climático tiene dos motores principales: cambios en la composición atmosférica y modificaciones en la superficie del suelo. 
Con la deforestación o cambios en la tierra, el suelo absorbe más radiación; mientras que en el de composición atmosférica, los jugadores principales son los gases de efecto invernadero de larga vida (el bióxido de carbono, el metano y el óxido nitroso).
Entre estos gases, el metano ocupa el segundo lugar en importancia después del bióxido de carbono. Dos terceras partes del metano son producidas por actividades del hombre, como la ganadería y una tercera parte proviene de humedales y pantanos.
Una de las preocupaciones ratificadas hoy está en el Ártico. 
Según el profesor, y haciendo la comparación, esta región es al cambio climático, lo que los canarios son a la pérdida de oxígeno en las minas. Si el canario se muere, es que se está acabando el oxígeno en el socavón. Si el Ártico empieza a sufrir, las cosas no van bien desde el punto de vista climático. “Es un sector muy sensible, porque la reflectividad más alta de la radiación solar es la de la nieve, y una de las más bajas es la del agua. Esto quiere decir que cuando el hielo se derrite, se parte, forma espacios de agua que, a su vez, se calientan significativamente y derriten el mismo hielo, y así sucesivamente; entre más hielo se derrite, más se calienta el agua, más hielo se derrite… como en un círculo vicioso; científicamente es denominado «ciclo de realimentación positiva "..
Explica que, en esos procesos, las especies vegetales que habitan regiones como la tundra y la taiga están acostumbradas a tomar su energía en los tres meses de sol que tienen, y después quedan cubiertas de hielo durante nueve meses. 
Eso significa que la materia orgánica del año anterior probablemente sigue allí, sobre hielo. Esto ha sucedido durante millones de años. “En el Ártico hay una cantidad enorme de materia orgánica escondida, guardada. Si el Ártico se deshiela, esa materia quedaría expuesta al oxígeno y se convertirá en CO2 por acción de bacterias. 
Con el solo hecho de que haya agua, hay vida anaeróbica, la que genera metano en su proceso metabólico. 
Y eso parece que fue lo que encontramos”.
Aclara que el hallazgo también pasó diversos controles, entre ellos, determinar científicamente que no se trataba de fugas en los depósitos de metano de la zona, como el más grande del mundo, el de Prudhoe Bay, en Alaska.
El experto afirma que podrían existir dos posibles explicaciones para este hallazgo de emisiones de metano, algo que había sido previsto por otros científicos. 
La primera, dice, es menos preocupante. 
Hay suficiente carbón en el Océano Ártico Continental, para que formas de vida anaeróbica generen metano, el cual se acumula y se escapa a través de fracturas en el hielo.
Pero la segunda posible fuente sí es muy preocupante, y son los hidratos de metano. “Hay una cantidad enorme de estos debajo del Ártico, ya sea en el continente o en el mar. Sumados representarían 13 veces el total del carbono que hay en la atmósfera. Estos hidratos son estables mientras la temperatura sea muy baja, pero si esta sube, el metano podría escapar. “Solo Hollywood se atrevería a decir que esa enorme cantidad de metano escaparía súbitamente a la atmósfera. No obstante, con una sola pequeña fracción de esa cantidad, estaríamos en problemas climáticos aún más serios, como una mayor aceleración en el cambio climático y aumento de temperaturas”..
Explica que, en la actualidad, la concentración de bióxido de carbono en la atmósfera en promedio es de 395 partes por millón de carbono. A las tasas actuales de emisión esa concentración aumenta al 0,5% anual. Si no hacemos nada esto implicaría un aumento global de temperatura de casi 4 grados centígrados al final del siglo XXI. Si los procesos de realimentación positiva se activan, el aumento sería mucho mayor, con consecuencias nefastas para la vida misma (extinción de especies, alteraciones climáticas, biológicas, cíclicas, etc.).
Para los hidratos, afirma el profesor Jiménez, también hay círculos viciosos, o realimentación positiva. 
Entre más se caliente el mar más riesgo hay de que se libere metano. 
Además el aumento esperado del nivel del mar implica que vía nivel freático los hidratos cercanos a las costas se calienten y también liberen metano a la atmósfera, con todos los efectos negativos del caso.
Aclara que el cambio climático es un proceso irreversible en el corto y mediano plazo y que no hay soluciones técnicas a la vista para el problema, salvo un gran componente de adaptación y mantener los esfuerzos de mitigación. “Es como preguntar si hay soluciones técnicas fáciles para un tsunami”, puntualizó.
Los análisis del grupo fueron publicados en un artículo de la Revista Nature Geoscience –una de las publicaciones más prestigiosas del mundo de la ciencia– en su edición del 22 de abril pasado.“No tenemos explicaciones concluyentes. Para poder hacerlo, hubiese tocado bajarse del avión y tomar muestras y mediciones en el mar. Solo adelantamos la investigación a partir de mediciones aéreas”, puntualiza.

sábado, 26 de mayo de 2012

El Cambio Climatico en las Ciudades Costeras

Medioambiente.
Las ciudades se preparan: 
para el cambio climático.


Fuente : 


Deutsche Whele.




Autora: 


Helle Jeppesen/Emilia Rojas.

Editor: 

Pablo Kummetz .



En todo el mundo las ciudades elaboran planes para poder hacer frente a las futuras catástrofes climáticas.
Parece una escena sacada de una película: 

Wall Street es evacuada debido a una alerta de huracán. 
La bolsa de Nueva York se paraliza. 
Este escenario casi se volvió realidad a fines de agosto de 2011, cuando el huracán “Irene” enfiló hacia Nueva York, que ya elaboraba planes para enfrentar la catástrofe: cerrar el metro, cortar la energía eléctrica, evacuar a los habitantes de Manhattan.El desastre finalmente no se produjo, pero en el futuro muchas ciudades tendrán que prepararse para semejantes desafíos. Los fenómenos meteorológicos extremos como los huracanes, las lluvias torrenciales o las olas de calor tendrán lugar con creciente frecuencia, según el Informe SREX (Special Report of Managing the Risks of Extreme Events and Disasters to Advance Climate Change Adaptation), que acaba de ser publicado por el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC). Por eso, los expertos recomiendan tomar los resguardos pertinentes.


Ciudades costeras en peligro.

Los entendidos estiman que si ahora no se toman medidas y se siguen utilizando las energías fósiles como hasta la fecha, se producirá un calentamiento global de entre cuatro y seis grados centígrados hasta fines de este siglo. Semejante aumento de la temperatura no sólo desencadenaría huracanes y tifones con mayor frecuencia, sino que también haría subir el nivel del mar.
“Las capas de hielo polar se derretirían, al igual que los hielos de Groenlandia”, afirma David Cadman, presidente de la asociación de ciudades ICLEI (Gobiernos Locales por la Sustentabilidad). Teniendo en cuenta que dos terceras partes de la humanidad viven en zonas costeras, esto representará una amenaza directa para ciudades densamente pobladas.
Todavía se discute acerca de cuánto subirá el nivel del mar, pero parece claro que el aumento será mayor de lo que hasta ahora se suponía. 

“Es relativamente seguro que no se quedará en un metro, sino que habrá que contar con un aumento de dos o más metros hasta el año 2100”, indica Joern Birkmann, de la Universidad de Naciones Unidas con sede en Bonn. A juicio de este experto del IPCC, resulta evidente que las ciudades no sólo deben invertir en la protección del clima, sino también en la prevención de catástrofes, por ejemplo, construyendo diques. Pero también deben prepararse para fenómenos del otro extremo: sequías y períodos de excesivo calor. Según Birkmann, en Londres antes se pensaba más bien en prevenir inundaciones; hoy, en cambio, se ve en las sequías la mayor amenaza para la capital británica.



Hora de actuar.


La prevención de catástrofes cuesta mucho dinero y la mayoría de las ciudades no cuentan con los fondos necesarios. Por esta razón, el alcalde de Bonn, Jürgen Nimptsch, propone algún tipo de cooperación internacional para proveer los recursos. “Nosotros financiamos la reunificación de Alemania mediante un impuesto solidario; en el caso del cambio climático, uno podría imaginar una solución similar a nivel internacional”, indica, pero reconoce que “aún no ha llegado el momento para ello”.
Mientras las ciudades asociadas a ICLEI intercambian ideas prácticas para adaptarse a las condiciones que impone el cambio climático, los delegados de la ONU preparan ya la próxima cumbre climática, a celebrarse a fines de año en Qatar. Pero en los municipios se impone la convicción de que no se puede esperar a que se tomen decisiones en el ámbito político internacional. Ya en el 2020 se percibirán claramente las primeras consecuencias del cambio climático, según afirma Cadman, advirtiendo: “Entonces ya no podremos controlar los acontecimientos, sino que la naturaleza los d
eterminará. 
Y la naturaleza se vengará a su manera”.